lunes, 18 de junio de 2012

Que los cumpla feliz

"How, we, spend our days, casting, love aside
Loosing, site of life, day, by, day..."
Paul McCartney, Jenny Wren

Por un momento el peso laboral pretendió hacerme olvidar el día que es y sus implicaciones. Una mera coincidencia: el primer aniversario del bautizo de #ElEmperador es el septuagésimo del nacimiento del más grande músico, compositor e intérprete de la música popular de nuestros tiempos.



En efecto, un día como hoy, hace setenta años, en Liverpool nació James Paul McCartney, y el destino le deparaba una vida peculiar. Muchas biografías (oficiales o no) pueden encontrarse de Macca en la red, por lo que no intento parafrasearlas. Simplemente unas líneas que sirvan de homenaje y reconocimiento al enorme talento del británico universal.
Algo tuvieron y tienen los Beatles que se sienten cercanos, casi como conocidos personales; tal vez esa cualidad es más clara en Paul. En lo personal lo llevo en el nombre, en mis primeros recuerdos auditivos, en la imagen de uno de los primeros conciertos a que asistí por la invitación de mi hermano, en muchas conversaciones (cuerdas o no), en el baile de bodas, en la banda sonora cotidiana. No es de extrañar, como dice mi socio en McCartney vemos (guardadas las proporciones) a un Mozart en su género.
Sir Paul empezó a cautivar al mundo en la adolescencia y lo hace aún con mayor sinceridad en la madurez. Los bares repletos se transformaron en estadios ruidosos, en programas de televisión mundial, en videos, en giras, en colaboraciones, en zócalos. Es arte y por ello no envejece.
Creo que detrás de este genio hay mucho que entender y apreciar. La naturalidad de su destreza musical; su manejo zurdo de todos los instrumentos posibles; la excepcional e irrepetible mancuerna con Lennon en la composición; su indiscutible liderazgo en The Beatles; el talento para evolucionar, explorar y marcar tendencias junto con el armónico sonido por igual en canciones pesadas y en baladas; la genialidad en el estribillo; la creación que permanece en la mente y en el espacio; la vanguardia, el control de la fama y la vejez con dignidad. Tras no perderse una noche sin Linda, la zacudida de Heather y lo que parece la feliz calma con Nancy.
Estuve leyendo listas de sus éxitos de solista y después algunas de la época de los Fab. Es imposible coincidir en los contenidos de esas subjetivas calificaciones. Que en un momento vengan a la mente hay grandes clásicos del cuarteto que son de exclusiva creación de Paul (Yesterday, Eleanor Rigby, For No One, Let it be, Hey Jude,...) y un sin fin en colaboración con John. Su intervención en toda la obra de The Beatles, propia o no, fue definitiva. Quizá nada hubiese sido lo que fue sin su mano, y la determinante mancuerna que logró con Martin. 

De la época solista, podríamos empezar con el McCartney con Every Night, Junk y la genial Maybe I´m Amazed. Después el RAM (y el Thrillington) con Dear Boy, Another Day (tan criticada por John), Uncle Albert/Almiral Hasley y la excelente Back Seat of My Car (con la profecia de llegar  a la Ciudad de México). Del poco conocido Red Rose Speedway, los cortes famosos son CMoon y My Love, que siempre dedicará a Linda. Entre albumes se da el lujo de componer Live and Let Die para una película de Bond. Y después la explosión con The Wings, y el fabuloso album Band on the Run. Desde Band on the Run, pasando por Jet y Blue Bird, llegando a Mrs. Vandebilt, Let me roll it y No Words, hasta terminar con Nineteen Hundred and Eighty Five.

Tras ello, Venus and Mars con Letting Go, Listen to What the Man Said y Venus and Mars/Rock Show. Después álbumes más discretos, como el Wings at the Speed of Sound donde destaca Let 'Em in; Back to the Egg con Getting Closer, Winter Rose/LOve Awake y en re-edición Goodnight Tonight; inclusive el McCartney II con Coming Up. Vendría el Tug of War con su nostalgia en Here Today (escrita para John), Tug of War, Take it Away, y Ebony and Ibory (en que destaca Stevie Wonder). Siguen el Pipes of Peace con su homónima, el Press to Play y el Give my Regards to Broad Street, donde Gilmour se luce en No More Lonely Nights.

A la par de colaborar activamente en las Antologías, McCartney siguió produciendo con obras magníficas. El album Flaming Pie trajo Young Boy, Flaming Pie y Beautiful Night. Off the Ground lo sacó de gira mundial, y además contiene Hope of Deliverance, Looking for Changes y C'Mon People. Y después bellas obras en el Driving Rain, como Your Loving Flame, seguida de la nominación al grammy con Vanilla Sky. Y por ahí el alterego de The Fireman.



El 2005 trajo una de sus obras más acabadas, el magnífico Chaos and Creation in the Backyard, palíndromo incluido, en que lo interpreta todo. Fine Line, How Kinf of You, la genial Jenny Wren, Friends to Go, Too Much rain, A Certain Softness, Promise to You Girl y This Never happened Before, son muestra de la permanencia de McCartney en la música contemporánea. El Memory Almost Full tiene una alegría renovada, con Ever Present Past, Dance Tonight y The end of the end. Después de un album instrumental, hace meses nos entregó el Kisses on the Bottom con la original My Valentine, adornada nada menos que con Clapton, Portman y Deep.

El legado no termina. De siete décadas, más de cinco efectivamente dedicadas a la música, su composición, interpretación, popularidad, difusión y evolución. Eso es McCartney. Ese es Paul.

1 comentario: