domingo, 24 de junio de 2012

Otro texto fundamental de Juan Villoro

Juan Villoro / Encuéstame otra vez 22/06/2012 Periódico Reforma ¿Alguien recuerda la época primitiva en que la realidad dependía de los sucesos? Gracias a la tecnología y a numéricos métodos de conocimiento, ahora conocemos los hechos antes de que ocurran. Al fin nuestra vida se parece al periodo clásico maya, donde el acontecer estaba previsto en la rueda del cosmos. Las estadísticas y los sondeos de opinión han logrado que dispongamos de una cosmogonía confiable, que no depende del tránsito de Venus ni del carácter de los dioses, sino de números, tendencias y porcentajes. Considerados de uno en uno, los individuos no dejan de ser caprichosos e insondables; sin embargo, su comportamiento colectivo responde a patrones fáciles de medir y de prever. En tiempos anteriores a las encuestas, Descartes pudo celebrar la duda. Hoy en día esta molestia ya no es necesaria, al menos en lo que toca a las preferencias sociales. El principio de incertidumbre se ha convertido en una superstición, y la experiencia, en un fenómeno preventivo que adelanta certezas. Los resultados se conocen de antemano. Cuando un chicle de sabor inédito sale al mercado, los especialistas ya saben cuántas bocas lo habrán de masticar. La ansiedad anticipatoria se vuelve crónica en temporada electoral. Todos los días las encuestas confirman lo que ya sabemos. Esto resulta tranquilizador para quien está conforme y deprimente para quien desearía concebir una esperanza. ¿Las encuestas tienen la capacidad profética de que el destino se ajuste a lo que anuncian? ¿Hay un cálculo orquestado para que esto ocurra o la voluntad de los mexicanos es tan pareja que resulta inmutable? Como se trata de preguntas sin respuesta, narro una anécdota que ofrece una parábola sobre el asunto. Federico Cifuentes Bing, ex condiscípulo de la carrera de Sociología, me saludó el otro día con una frase enigmática: "Soy el margen de error". Desde hace años se dedica a la sociometría. El mundo es para él un pay que se rebana en porcentajes. Me habló de "frecuencias de flujo", "puntos de inflexión" y otras expresiones de su oficio. Estaba por despedirme cuando repitió: "Soy el margen de error. No existo". No hay nada tétrico en mi amigo. Es tan optimista que cree que el desodorante de vainilla mejora su coche y que los pelos que cruza al modo de un queso de Oaxaca ocultan su calvicie. Sin embargo, era capaz de decir: "No existo". Por azares del destino había sido encuestado cinco veces en las últimas semanas. En un principio, le pareció magnífico ayudar a medir la intención de voto. Pero en las cinco ocasiones se quedó con la impresión de que el sondeo había sido inútil. Los datos eran idénticos a los previstos en una encuesta anterior. Para poner a prueba el sistema, votó de manera distinta en cuatro ocasiones y en la quinta anuló su voto con sincero hartazgo ciudadano. Aunque un voto no puede marcar una diferencia, mi amigo se identificó con el margen de error del 3%. Es lógico que un experto en sociometría se deprima más que otras personas por su falta de impacto estadístico. Federico vio esos ejercicios como un test psicológico. Pero no todo tenía que ver con la voluntad colectiva. Su segunda mujer lo había dejado y sus hijas no le hablaban. "Sólo tengo amigos en Facebook", dijo en tono de humillación social. "¿Hace cuánto que no me hablas por teléfono?", agregó, incluyéndome en su vida sin consecuencias. "Haga lo que haga, todo sigue igual: ya sé quién va a ganar las elecciones y ya conozco todas las maravillas que no me van a suceder. El futuro, mi futuro, ya sucedió", se tocó el pecho como un mártir sobreactuado. Me pregunté si en su sistema de valores habría algo que equivaliera al voto útil y pudiera salvarlo del suicidio. En ese momento crepuscular, el cielo llegó en nuestro auxilio. Comenzó a llover. Por unos segundos no hubo otra noticia que el agua. Nos refugiamos en el quicio de una cochera. Federico revisó el pronóstico del tiempo en su iPhone: los meteorólogos habían anunciado una tarde despejada. Este error le devolvió la confianza en el destino. "¡Hay cosas que no pueden predecirse!", sonrió con dicha demencial. No quise estropear su ánimo recordándole que los errores de los expertos en el clima son tan frecuentes que conforman estadística. Federico Cifuentes Bing volvía a creer en el asombro. "¡Que me encuesten otra vez!", exclamó, convencido de que aún es posible que un sondeo revele una realidad inédita. Me dio un abrazo y caminó bajo la tormenta, alzando el rostro, como si recibiera un bautizo, satisfecho de avanzar hacia un horizonte incierto. Mientras tanto yo llegaba a otra conclusión. Las elecciones se celebran en temporada de lluvias para que el cielo -residencia de las cosmogonías antiguas- nos recuerde que existen el viento y las sorpresas, que no todo está previsto en la estadística y que las voluntades pueden cambiar como las nubes.

lunes, 18 de junio de 2012

Que los cumpla feliz

"How, we, spend our days, casting, love aside
Loosing, site of life, day, by, day..."
Paul McCartney, Jenny Wren

Por un momento el peso laboral pretendió hacerme olvidar el día que es y sus implicaciones. Una mera coincidencia: el primer aniversario del bautizo de #ElEmperador es el septuagésimo del nacimiento del más grande músico, compositor e intérprete de la música popular de nuestros tiempos.



En efecto, un día como hoy, hace setenta años, en Liverpool nació James Paul McCartney, y el destino le deparaba una vida peculiar. Muchas biografías (oficiales o no) pueden encontrarse de Macca en la red, por lo que no intento parafrasearlas. Simplemente unas líneas que sirvan de homenaje y reconocimiento al enorme talento del británico universal.
Algo tuvieron y tienen los Beatles que se sienten cercanos, casi como conocidos personales; tal vez esa cualidad es más clara en Paul. En lo personal lo llevo en el nombre, en mis primeros recuerdos auditivos, en la imagen de uno de los primeros conciertos a que asistí por la invitación de mi hermano, en muchas conversaciones (cuerdas o no), en el baile de bodas, en la banda sonora cotidiana. No es de extrañar, como dice mi socio en McCartney vemos (guardadas las proporciones) a un Mozart en su género.
Sir Paul empezó a cautivar al mundo en la adolescencia y lo hace aún con mayor sinceridad en la madurez. Los bares repletos se transformaron en estadios ruidosos, en programas de televisión mundial, en videos, en giras, en colaboraciones, en zócalos. Es arte y por ello no envejece.
Creo que detrás de este genio hay mucho que entender y apreciar. La naturalidad de su destreza musical; su manejo zurdo de todos los instrumentos posibles; la excepcional e irrepetible mancuerna con Lennon en la composición; su indiscutible liderazgo en The Beatles; el talento para evolucionar, explorar y marcar tendencias junto con el armónico sonido por igual en canciones pesadas y en baladas; la genialidad en el estribillo; la creación que permanece en la mente y en el espacio; la vanguardia, el control de la fama y la vejez con dignidad. Tras no perderse una noche sin Linda, la zacudida de Heather y lo que parece la feliz calma con Nancy.
Estuve leyendo listas de sus éxitos de solista y después algunas de la época de los Fab. Es imposible coincidir en los contenidos de esas subjetivas calificaciones. Que en un momento vengan a la mente hay grandes clásicos del cuarteto que son de exclusiva creación de Paul (Yesterday, Eleanor Rigby, For No One, Let it be, Hey Jude,...) y un sin fin en colaboración con John. Su intervención en toda la obra de The Beatles, propia o no, fue definitiva. Quizá nada hubiese sido lo que fue sin su mano, y la determinante mancuerna que logró con Martin. 

De la época solista, podríamos empezar con el McCartney con Every Night, Junk y la genial Maybe I´m Amazed. Después el RAM (y el Thrillington) con Dear Boy, Another Day (tan criticada por John), Uncle Albert/Almiral Hasley y la excelente Back Seat of My Car (con la profecia de llegar  a la Ciudad de México). Del poco conocido Red Rose Speedway, los cortes famosos son CMoon y My Love, que siempre dedicará a Linda. Entre albumes se da el lujo de componer Live and Let Die para una película de Bond. Y después la explosión con The Wings, y el fabuloso album Band on the Run. Desde Band on the Run, pasando por Jet y Blue Bird, llegando a Mrs. Vandebilt, Let me roll it y No Words, hasta terminar con Nineteen Hundred and Eighty Five.

Tras ello, Venus and Mars con Letting Go, Listen to What the Man Said y Venus and Mars/Rock Show. Después álbumes más discretos, como el Wings at the Speed of Sound donde destaca Let 'Em in; Back to the Egg con Getting Closer, Winter Rose/LOve Awake y en re-edición Goodnight Tonight; inclusive el McCartney II con Coming Up. Vendría el Tug of War con su nostalgia en Here Today (escrita para John), Tug of War, Take it Away, y Ebony and Ibory (en que destaca Stevie Wonder). Siguen el Pipes of Peace con su homónima, el Press to Play y el Give my Regards to Broad Street, donde Gilmour se luce en No More Lonely Nights.

A la par de colaborar activamente en las Antologías, McCartney siguió produciendo con obras magníficas. El album Flaming Pie trajo Young Boy, Flaming Pie y Beautiful Night. Off the Ground lo sacó de gira mundial, y además contiene Hope of Deliverance, Looking for Changes y C'Mon People. Y después bellas obras en el Driving Rain, como Your Loving Flame, seguida de la nominación al grammy con Vanilla Sky. Y por ahí el alterego de The Fireman.



El 2005 trajo una de sus obras más acabadas, el magnífico Chaos and Creation in the Backyard, palíndromo incluido, en que lo interpreta todo. Fine Line, How Kinf of You, la genial Jenny Wren, Friends to Go, Too Much rain, A Certain Softness, Promise to You Girl y This Never happened Before, son muestra de la permanencia de McCartney en la música contemporánea. El Memory Almost Full tiene una alegría renovada, con Ever Present Past, Dance Tonight y The end of the end. Después de un album instrumental, hace meses nos entregó el Kisses on the Bottom con la original My Valentine, adornada nada menos que con Clapton, Portman y Deep.

El legado no termina. De siete décadas, más de cinco efectivamente dedicadas a la música, su composición, interpretación, popularidad, difusión y evolución. Eso es McCartney. Ese es Paul.

viernes, 8 de junio de 2012

Difusión obligada. Buen análisis de Villoro

Juan Villoro / Perdone a su candidato 01/06/2012 En México la ilusión supera con creces a la realidad. Sin embargo, en la campaña a la Presidencia la esperanza pasa apuros: hay cuatro alternativas pobres. Esto no quiere decir que la democracia esté perdida. Votar por el menos malo puede significar un cambio histórico. Aunque vayamos a las urnas con apatía, es posible que ese voto desmayado tenga una inaudita repercusión. El movimiento "Yo soy 132" surgió como un tónico contra la inmovilidad. Las redes sociales son un avispero donde zumban las consignas anti-Peña Nieto. El PRI ya perdió en la realidad virtual. Habrá que ver cómo influye eso en el mundo donde los votantes salen de la casilla con el pulgar de color morado. En México, la conectividad a internet no llega al 30%, pero el impacto de las redes puede ser decisivo en una contienda cerrada. "Yo soy 132" ha condenado los abusos de poder: la telecracia, el retorno del PRI, el sexenio sangriento de Calderón, la falta de alternativas ciudadanas. No se trata de un movimiento a favor de los partidos convencionales, pero acabará por favorecer a uno de ellos. Todo indicaba que la contienda ocurriría en el reino de los zombis, donde las cosas ya ocurrieron y los fantasmas son reiterativos. La fractura social provocada por 12 años de panismo reclamaba un antídoto desesperado: el regreso del PRI. Después de 12 años sin brújula, el antihéroe parecía necesario para imponer orden. Un graffiti resumía la situación: "Que se vayan los ineptos y que vuelvan los corruptos". México era el país de lo Ya Sucedido cuando el movimiento "Yo soy 132" mostró que las sorpresas son posibles. El jueves 31 de mayo amanecimos con las siguientes preferencias electorales, según la encuesta de Reforma: 38% para Peña Nieto y 34% para López Obrador (con 23% de indecisos y Vázquez Mota en picada). En mi opinión, lo más significativo de este reajuste es que no depende de las actitudes de los candidatos sino de la progresiva conciencia crítica de la sociedad civil. En un país políticamente deficiente, no se vota para celebrar al menos malo sino para perdonarlo. "¿Qué defectos sobrellevas mejor?", ésta es la pregunta del momento. ¿Es posible que Peña Nieto reciba absolución? Durante 71 años su partido gobernó con impunidad, retrasó el acceso a la democracia, unificó sus cambiantes ideologías bajo el sello del cinismo y creó una mafia intocable, la Gran Familia Revolucionaria. El PRI de Peña Nieto es el de Mario Marín, Ulises Ruiz, Tomás Yarrington, Humberto Moreira y Arturo Montiel. Para perdonar los delitos de esta alineación de pillos, la desmemoria se debe medir en el índice Alzheimer. Josefina Vázquez Mota amparó su campaña en un esquizoide lema de emergencia: "Diferente". En un país con más de 60 mil muertos y El Chapo Guzmán en la lista de Forbes, no podía respaldar la lucha que Calderón inició sin otro consenso que su capricho. Sin embargo, ¿qué tan distinta puede ser alguien que formó parte de la administración actual y utiliza la idea de diferencia para decir que es una mujer "con muchos pantalones"? Josefina promete romper con Elba Esther Gordillo. ¿Por qué no lo hizo cuando fue secretaria de Educación? Como algunos programas de televisión, la candidata tiene "fallas de origen". En este caso, el voto del perdón tendría que incluir al mandatario que fue a una guerra que sembró 60 mil cadáveres. Gabriel Quadri se presenta como el más informado de los candidatos, pero cualquier persona informada sabe que es un títere de Elba Esther Gordillo. ¿Se puede perdonar al elocuente ventrílocuo de una lideresa que aspira a que lo atrabiliario sea eterno? López Obrador no ha dejado de tener seguidores fieles. Sin embargo, el repunte de los últimos días hace pensar más en un voto antisistema, animado por la atractiva efervescencia de "Yo soy 132", que en la repentina aceptación de lo que el político tabasqueño representa desde hace más de una década. Ajeno a la autocrítica, no ha revisado sus errores. Incumplió su promesa de presentarse a los debates en 2006, desperdició posibles alianzas con otros sectores, organizó un plantón "preventivo" (antes de que el Trife fallara respecto a la contienda), aceptó la "presidencia legítima" por voto a mano alzada sin tomar en cuenta a la mayoría de sus electores. Entre ser estadista o militante, ha preferido lo segundo. Cuando quiso moderarse, propuso la inverosímil "república del amor". Con todo, es más fácil perdonar estos defectos que los de los demás candidatos. Además, López Obrador tuvo una gestión satisfactoria en el Distrito Federal y ha presentado un gabinete plural y competente. Si el PRD gana, Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard podrían encabezar la construcción de una socialdemocracia moderna. En 2012 comienza la elección de 2018, el deseable porvenir en el que el voto dependerá de la preferencia y no del perdón a un candidato.   © Derechos Reservados 2012 C.I.C.S.A. de C. V.

martes, 3 de abril de 2012

Bitácora futbolera 6. Gran torneo

Los Tintos del LGFE terminan como líderes absolutos de la Liga en el formato Fut-7, y en liguilla acceden a la final. Tras un partido difícil en el que los goles no entraron, los "muchaches" se quedaron con el subcampeonato.

México, D.F., 2 de abril de 2012.

En apenas 2 torneos cortos de futbol rápido, los Tintos habían logrado ya, tras una polémica decisión de pantalón largo, llegar a la semifinal (en realidad ganaron la semifinal que les tocaba, pero la liga decidió ponerlos en una nueva semifinal, en la que con ánimo abatido quien sería el campeón los derrotó). Se veía difícil superar el resultado en el corto plazo. Sin embargo, el torneo que recién terminó sorprendió a propios y extraños.

Los Tintos del LGFE repitieron el plantel encabezado por el Pato Rodríguez, el Waters González, Cable Palacios, Javi y Danny Sobrino, Alacrán Calderón, Alejandro Ascen y Carlos "Sports" Slobotsky, pero agregaron vitales refuerzos en las personas de P-Touch Cervates, Diego Trigos y Alex "el hermano" Rodríguez, y con ello aprovecharon a la perfección la cancha de Fut 7. Desplegaron un futbol de calidad, que a final de cuentas los llevó a ser el equipo más goleador y a disfrutar del liderato general. De hecho, poco afectó la baja del Fenómeno Chiva, quien terminó ayudando a la dirección técnica tras la durísima lesión sufrida a manos del rival a mediados de la campaña y que lo mantuvo fuera hasta el final.

Tras una semifinal de alarido (el equipo se repuso de un 0 a 2 inicial, para cerrar con una segunda mitad de antología en la que el 5-4 cayó a escasos segundos del final, gracias a una jugada colectiva surgida de los guantes mágicos de P-Tocuh), llegaba el día de la final y con ello la gran ilusión de llevarse el trofeo de campeón.

Sin embargo, el último no fue el mejor partido de los Tintos y se enfrentaron a un rival poderoso, ordenado y con dos delanteros de potente disparo. Los goles del LGFE simplemente no quisieron entrar como acostumbraban.

Tras iniciar ganado gracias a un gol de Javi a pase de Sports en jugada meritoria, los contrarios aprovecharon el desconcierto defensivo y antes de que terminara la primera mitad gozaron de 5 minutos de inspiración que dejaban un 1 a 3 al medio tiempo. Entonces el nerviosismo y el intento de división generado por "Davo" -un allegado a los Sobrino- cobraron factura. Inició el segundo tiempo y un pésimo despeje al centro del tal "Davo" regalaba el 1 a 4. Después una presión absoluta, pero la pelota se negó a entrar hasta que a cinco minutos del final "Sports" consiguió el 2 a 4 final. Así llegó el trofeo de subcampeón.



Terminó pues el torneo, en el que los Tintos obtienen el subcampeonato y están en espera de ganar la final del próximo.


domingo, 20 de noviembre de 2011

Algo vivo

Han pasado varios meses desde la última nota compartida, y disfruto de las ventajas de la tardanza. La falta de tiempo para escribir (resultado del desorden, sí, aunque también de un trabajo demandante y de un Emperador encantador, aún mas demandante que el oficio) resulta en una buena cantidad de temas. Pero un día inhábil, el del supuesto "Gran Fin", deja algo de tiempo libre. En estas líneas me limitaré a los pasados conciertos en el D.F. que tuve ocasión de disfrutar.



Tras mencionar el Corona Capital 2011 y sus Strokes (enorme actuación del gran grupo neoyorkino), Portishead y Mobi, -con todo y una inexplicable caminata hasta la decepcionante monotonía de Editors a pesar de su gente fumando fuera de los hospitales-, me vienen a la mente Axl N' Friends, Ringo Starr y su All-Starr band, y el enorme Joaquín Sabina, "ese que canta".

Guns N' Roses se presentó en el Palacio de los Deportes, con una formación que sólo deja lugar a la añoranza de una reunión cada vez más lejana. Salvo W. Axl Rose y la injustificada espera de 3 horas, nada de la banda original, mas que las mejores canciones y el recuerdo a través de la imitación de Slash y de Izzy que intentan dos guitarristas, oscilando entre la burla y la antipatía. Sin embargo, gracias a una tercera lira muy destacable al esfuerzo del ya notoriamente veterano Rose (con caída y todo) y a un gran repertorio, el concierto emociona y uno termina afónico. Grandes momentos y recuerdos con Rocket Queen, Welcome to the jungle, It's so easy, Sweet Child, Paradise City, Mr. Brownstone, Don't cry, Estranged, November Rain, Live n' let die, Knockin', etc., se complementan bien con Better, Prostitute y Madagascar. Buenos momentos, que podrían ser mejores si salieran a tocar a tiempo.



Semanas después visitó la Ciudad de México el gran baterista de The Beatles, Ringo Starr. Sin temor a equivocarme, en el Auditorio Nacional Richard Starkley y su "nueva" banda superaron todas las expectativas. Sólo una fecha, sacrificando el comercio por la justicia elemental hacia quienes se esforzaron por boletos para la primera fecha anunciada.

Además de oír canciones del cuarteto de Liverpool que sólo podría cantar Ringo (Yellow Submarine, With a little help from my Friends, I wanna be your man, Boys, Act Naturally) y las propias de enormes dimensiones (Photograph, It Don't come easy, entre otras), lo mejor del concierto es la interacción de la leyenda con el público y con sus músicos, todos veteranos y todos con un lugar propio -destacadísimo el de Edward Winter-. Se trata de un espectáculo honesto y digno de credibilidad; una banda, cuyos integrantes verdaderamente tocan juntos, comparten y se divierten (algo que le hace falta a Macca, creo yo). Un gran día el de ver al Beatle vivo que me faltaba.



Finalmente el 7 de noviembre llegó un sorpresivo lunes de canto, poesía y rock ibérico: Sabina. El flaco de Ubeda y su bombín tomaron por asalto el Auditorio Nacional y lo hicieron suyo, con calidad, complicidad y un manejo extraordinario de los momentos de un concierto. Uno de los mejores que he presenciado y disfrutado. 

De Peor para el Sol a Peces de Ciudad (mis favoritas), hasta el canto de Y sin embargo-Sin Embargo, pasando por el Boulevard de los sueños rotos y Contigo, hay tantas tantas frases, tantas notas, muchas emociones entre la risa, la melancolía y la sinceridad. En verdad Sabina envenena con lo que va dando. Tras la actuación de mas de dos horas contínuas, los asistentes especulamos sobre cuáles nos habían hecho falta, la conclusión era sorprendente, pues podría haber renovado el repertorio y no obstante salimos todos encantados. Un gigante Sabina, acaso nuestro Dylan.



Ya de salida, con mucha alegría y agradecimiento, un recuerdo mas personal. Tras cumplir la llamada edad de Cristo, festejé con mi Picolina su cumpleaños 25. Nos acompañó un magnifico grupo mexicano que rockeó a mas  no poder y con gran calidad, amigos todos desde entonces. Me dieron el honor de compartir con ellos una versión de Wish you were here en la que espero haber cantado a la altura de la guitarra mágica de Waters González y la perfección de Roster.

martes, 16 de agosto de 2011

Mi banda sonora 7: Love is all, love is you

"Tal vez fue en ese momento que comprendí
una de las razones por las cuales The Beatles dejó de tocar.
Las canciones ya no eran suyas. Pertenecían a todo el mundo."
Elvis Costello en Rolling Stone

Regresar de un viaje es, pienso, un buen momento para retomar hábitos. Uno de ellos, casi en abandono, el de escribir, aparece como una buena opción (las otras son imposibles: algo de pereza me impide hacer ejercicio y otros hábitos de orden mas bien etílico resultan, hoy por hoy, incompatibles). Volver a empezar, pues.

El sábado pasado recordé y reviví un regalo navideño, de esos que se esconden pero no mueren. En diciembre de 2006, en uno de esos intercambios navideños de oficina (que, aunque entonces lo ignoraba, sería mi último por esos lares) un querido amigo había librado las suertes de la secrecía y me hizo acreedor a un regalo especialmente seleccionado: la versión en dos cds de LOVE la banda sonora de The Beatles realizada para la producción teatral del aclamado Cirque du Soleil.

Reconozco que en el momento no estaba muy bien informado de qué se trataba y, en principio, (tras la sonrisa propia de un regalo) lo recibí con escepticismo. Un album de remixes de canciones de los Fab, hecho cuando sólo sobrevivía un par, y para un espectáculo escénico de Las Vegas no era convincente para mis supuestas exigencias fanáticas y me parecía, inclusive, insolente. En fin, lo abrí, lo escuché, me gustó pero -honestamente- de inicio no me pareció trascendente. Un disfraz.


Tiempo después, por consejo de amigos queridos -maestros en estos temas, debo decir-, retomé el album (tal vez el último que pueda considerarse una obra conjunta del cuarteto (i.e. quinteto) de Liverpool). Estudié su integración, su propósito, la idea tras él y, finalmente, lo entendí. Es algo increible, un producto genial de George Martín usando nuevamente a The Beatles, pero mediante la más alta tecnología disponible. Una mezcla de fragmentos, pistas, notas, sonidos, efectos, momentos, sentimientos, personajes, frases y humor. Todo. Los Fab están ahí y en un producto nuevo, que por lo demás se escuchaba mucho mejor que la discografía disponible en ese momento. Es posible pasar horas identificando notas, secuencias y sonidos con canciones legendarias. Igualmente se puede especular sobre otras que pudieran haber sido incluidas. En fin, los trajo de nuevo.



El pasado sábado 13 pude ver, por primera vez, la puesta en escena en el Mirage de Las Vegas. Un choque: a media ciudad del olvido permanente hay huellas eternas. En lo escénico, me parece, el Cirque tiene mejor espectáculos; en lo anímico lo dudo. La conjunción entre la música eterna y de todos con la representación de los magos, acróbatas y bailarines es magnífica. Lo mejor para mi, es el sonido. La teconología, con todo y bocinas en los asientos, hace que uno escuche al cuarteto como si estuviese ahí, tocando en vivo. 

La nostalgia, la ilusión, la tristeza, el amor, la soledad y la compañía, la revolución, y los ánimos para tener alegría. Todo está ahí y se siente. Para mi, el show se lo llevan entre Because, Strawberry Fields, Blackbird/Yesterday, While My Guitar Gently Weeps, Lucy In The Sky With Diamonds y A Day In The Life. Pero, en general, es muy completo. También destaca el alarde técnico-armónico de Gnik Nus, la versión al revés del corte Sun King. En fin, vale mucho la pena.



Ahora bien, así como vale la pena LOVE, hay que considerar su correlativo: HATE. Un extraoficial y valioso conjunto de remixes de canciones del cuarteto surgido en el propio 2006, que ha sido descargado en la red por millones de usuarios y que despliega, además, un buen sentido del humor mientras clama reacción frente a la guerra (vgr. Sadness is a Warm Gun, War Fields Forever, Day Reaper, Bomb Togeteher, Norny Pie, etc.). Una buena respuesta al LOVE, que en el fondo da nuevas ocasiones para apreciar el genio de los Fab.


El acto conocido por todos estos años, reinterpretado en los corrientes.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Bienvenido

"Life is what happens to you,
while you're busy making other plans."
John Lennon, Beautiful boy

El 19 de mayo de 2011 lo cambió todo para mi y para mí familia. Después de 40 semanas precedidas de una noticia tan sorpresiva como feliz, llegó al mundo el primogénito en mi matrimonio.

Honestamente estoy maravillado, no sólo por el milagro natural patente en la concepción, gestación y nacimiento de una nueva persona, sino por la fortaleza y el cariño sin límites de mi esposa, a quien admiro hoy más que nunca. Los tantos esfuerzos en el embarazo se palidecen ahora, en perspectiva, frente a las largas horas de labor, a la intensidad de las contracciones y a las lágrimas del esfuerzo, ya recompensado.

Tengo que decir que el bebé se me hace parecido a los dos. Tal vez hubiere podido ser más afortunado y parecerse a su mamá un poco más que a mí, pero reconozco que sonrío de ver en el algunos rasgos y gestos que desde ahora compartimos. A mis ojos, y entiendo que a los de algunos más, es precioso.

Se viene lo bueno, lo sé. Empieza el esfuerzo constante y permanente, la falta de sueño y el deseo de comunicación más eficiente. El miedo de no ser la persona que uno quiere ser para él, o de no tener el tiempo suficiente para compartirlo. Las dudas y las decisiones... Sí, pero, de no ser por eso, si el amor no se manifestara en todas esas formas mezcladas de alegría, empeño y pasión, ¿para qué carajos querría uno vivir?

El bebé llega, pues, y todo es feliz. 

Gracias Picolina, daré lo mejor de mi.