lunes, 21 de febrero de 2011

Bitácora futbolera R9



El Fenómeno había llegado. Después de los pesados años en que el mundo futbolístico padeció el Mundial de Italia 90 y los primeros escándalos del Diego, para el '94 fuimos conscientes que en la banca de la mejor selección del mundo (que a la postre resultaría campeona en penales) se daban el lujo de contar con un niño de 17 años, un astro, que pronto ganaría y festejaría el título mundial que ganó desde la banca a la sombra del inmenso Romario. Pasó el tiempo y uno pensaba que, tal vez, si ese niño -entonces conocido como Ronaldinho- hubiera jugado cuando menos el tiempo extra, esa final no se hubiera ido a penales.

Pero no hay plazo que no se cumpla y el Fenómeno se ha ido. El pasado 14 de febrero de 2011, Ronaldo Luis Nazario de Lima anunció su retiro de las canchas de futbol como jugador activo, víctima de padecimientos y lesiones graves, así como de los críticos que nunca dejan en paz a los grandes.

Es relevante porque entre esos dos momentos, inicio y desenlace, sucedieron cosas grandes. Los números, que dicen ya mucho, no alcanzan a describir lo que Ronaldo logró en el futbol y la manera en que impactó a una generación. Es cierto, dos mundiales ganados, todos los premios individuales concebibles, pichichis con el Barcelona y con el Real Madrid, copas de europa, un altísimo promedio de efectividad y de goles anotados por encuentro, etc. Pero la frialdad de la estadísitica palidece si se vio jugar a R9, el primer futbolista de videojuego.

Muy pronto el futbol supo lo que Ronaldo podía hacer y, simplemente, lo cambió todo en un deporte que buscaba las figuras para la generación que tomaría el lugar de la de los birllantísimos Maradona, Baresi, Platini, Matheaus y compañía. En mi opinión, es claro que Ronaldo la encabezaría junto con la inmensa figura de Zidane.
 
 
El máximo goleador de la historia de los mundiales (15 anotaciones en 3 certámenes jugados) y segundo mayor de la historia de la selección brasileña (sólo detrás de Pelé), empezó su carrera profesional de primera categoría en el Cruzeiro, después de su solvencia en la canarinha sub-17 (59 goles en 57 partidos). Tras su rápido éxito, fue fichado inteligentemente por el PSV Eindhoven, donde desarrollaría (algunos dice que excesivamente) su físico y jugaría entre 1994 y 1996, anotando 42 goles en 46 partidos disputados, lo que abrió los ojos de los gigantes de Europa.
 
El primero, sería el Barcelona y en sólo una temporada con el club catalán logró el pichichi con 34 goles en liga, y obteniendo con el equipo la Copa del Rey, la Recopa de Europa, la Supercopa de España y el subcampeonato liguero. Se recuerdan de la época una buena cantidad de soberbios, incluyendo un par en los que mezclando potencia, fuerza, velocidad y contundencia lograba deshacerse hasta de 6 rivales y marcar.
 
Al finalizar la temporada de clubes de 1997, integró la mejor selección brasileña que yo haya tenido el gusto de ver jugar en vivo. Aquella que ganó la Copa América de 1997, en la que se hizo realidad el sueño (frustrado después en 1998 por polémica decisión de última hora) de vern jugar juntos a Romario y Ronaldo en el ataque, entre otros cracks. Un verdadero arsenal.
 
Tras esa temporada, pasó del Barca al Internazionale de Milán, donde convivió entre otros con el inmenso Zanetti. Mientras revolucionaba al Calcio, il Fenomeno sufriría el desengaño de los fracasos colectivos (incluyendo el mundial de Francia) y, sobre todo, de las lesiones fulminantes.
 
Si bien en Francia '98 Ronaldo destacó entre los punteros en el goleo, su brillante actuación en la justa mundialista (5 goles) se ve ensombrecida por el extraño entorno que dominó el partido final de 12 de julio de 1998, en que se veía un Ronaldo debilitado a lado de una selección brasileña que, tras dos cabezasos (estos, lícitos) de Zidane, no tuvo en esos 90 minutos lo que la historia demandaba. Después se sabría que Ronnie no estaba en las mejores condiciones para jugar y, no obstante, tuvo que hacerlo entre sentimientos personales y presiones comerciales. Francia ganó en Francia, la historia perfecta para el comité organizador.
 
Tras la dura lesión de rodilla con que empezó la temporada 1999/2000 en Italia, la historia le tenía guardada una cruel pasada. En su partido de regreso, el 12 de abril de 2000, Ronaldo intentaría un regate de los que le caracterizaron y, sin intervención rival y ante la mirada de las televisiones internacionales que ansiaban su regreso, el astro sufría la rotura del tendón rotuliano de la misma rodilla, que aparecía destrozada en las tomas y fotografías difundidas, mientras el genio lloraba sin consuelo.
 
 
 
Eso que hubiera derrotado al común denominador, no sería suficiente para cortar la carrera de Ronaldo. El Fenómeno volvió por sus fueros y logró recuperarse para el Mundial de Corea-Japón 2002, que dominó en lo personal y en lo colectivo. El primer mundial jugado en Asia lo vería coronarse con su bienamada verde-amarelha, tomando contundentemente su lugar en la historia y anotando 8 goles, cantidad que no se lograba siquiera en los mundiales de Maradona. Los recursos podrían haber no sido los mismos que antes, pero la inteligencia, el olfato y el genio en la cancha parecía haber crecido durante la lesión.
 
Como campeón del mundo llegó al mejor equipo del siglo XX, el Real Madrid, en donde compartió con Zizou, Figo, Raúl y su amigo Roberto Carlos el equipo de los llamados galácticos, comandados por un brillante y sereno Vicente del Bosque. La verdad, creo que el Madrid no explotó suficientemente a Ronaldo (y se equivocaron haciendo intocable a Raúl y comprando a Beckham), pero su tiempo como merengue le bastó para ser pichichi y ganar un par de Ligas, ganar una Intercontinental (con gol suyo, por cierto) y cosechar el balón de oro de nueva cuenta.
 
 
 
Enmedio de las críticas y cuestionamientos por su forma física y supuestas indisciplinas, sería seleccionado para jugar con Brasil el mundial de Alemania en 2006. Sus tres goles lo harían consagrarse como el máximo romperedes de la historia del máximo certamen de balompié. Esa dicha se vería opacada, una vez más, por la eliminación en los botines de Zidane y Henry.
 
De vuelta a un Madrid, que perdió a Zidane por retiro, Ronaldo vería disminuidos sus minutos de juego e incrementados los problemas con el técnico Capello. A principios de 2007 llegaba al AC Milan, otro inmenso club europeo. Los dos grandes de España, los dos grandes Italia... no cualquiera.
 
Su llegada al club rossonero fue buena, pero la empañaron de nuevo las lesiones, así como el hasta ahora poco difundido diagnóstico de problemas de hipotiroidismo que le ofrecía problemas de peso y cuyo tratamiento podría haberlo descartado por dopaje. No obstante, la afición reconocía los esfuerzos y le veía festejar la Champions desde la grada (Capello lo había utlizado con el Madrid en esa misma temporada). Tras un regreso prometedor en enero de 2008, que parecería traer consigo una racha goleadora, el 13 de febrero de 2008 el destino pasaba facturas, y Ronaldo volvía a lesionarse del tendón rotuliano, pero esta vez de la rodilla izquierda. 
 
Inactivo más de nueve meses, finalmente en diciembre de 2008 fue traspasado al Corinthians de Brasil. En Sao Paulo el Fenómeno tuvo también momentos buenos y colaboró en forma radical a la obtención del Campeonato paulista y la Copa de Brasil, marcando 35 goles en 65 cotejos. El Timao, no obstante, sería su última camiseta con la que pagó el precio de un fracaso en la Libertadores de América.
 
 
 
El retiro de Ronaldo ha significado para mí el adios de las canchas de mi ídolo y como tal no deja de sentirse como un tema personal. Pero dejando la admiración excesiva a un lado, me parece que es una noticia agridulce para el mundo del futbol. Agria, porque deja ya de jugar el mejor delantero centro de la historia de este deporte, que aún en sus útlimas épocas hacía diferencias y marcaba de  dónde, cómo y cuándo fuera. Dulce, porque le toca ya disfrutar de su historia y su legado, es un inmortal de la historia del futbol, que puede cascarear en la misma cancha que Pelé, Maradona, Cruyff, Di Stefano, Romario, Platini, Beckenbauer y Zidane.
 

sábado, 19 de febrero de 2011

Mi Banda Sonora 4. Fitter, happier, more productive.

Los días en que Radiohead hace lanzamientos son distintos al resto. Por ejemplo, pienso en octubre de 2007 cuando revolucionaron a la industria de la música con la salida del aún joven pero célebre In Rainbows, pieza magistral de su obra que pondrían a disposición del público para ser adquirido en red pagando lo que se considerara conveniente, sin intervención inicial de una disquera. También recuerdo la euforia vivida hace un par de años cuando en cuestión de minutos se agotaron los boletos para sus conciertos en la Ciudad de México para marzo de 2009, que serían -para muchos- los mejores conciertos que hubiere presenciado la urbe.

Pues bien, éste es uno de esos días. Radiohead ha puesto a la venta, también con posibilidades electrónicas, su nuevo álbum llamado The King of Limbs, un disco de 8 tracks que despega con el sencillo Lotus Flower y la difusión del video con excelente filmación que muestra sólo a Thom Yorke en tomas a blanco y negro, gesticulando, jugando, bailando. 



Y no es para menos. Tras la poca fortuna que alcanzara su primer EP llamado Drill, la banda formada en 1985 y originalmente llamada On a Friday, ya integrada por los entonces estudiantes Yorke, Jonny y Colin Greenwood, Ed O'Brien y Phil Selway, en Abingdon, Oxfordshire, no ha dejado de sorprender al mundo mientras han conseguido evitar tentaciones y mantener una genuina expresión, que oscila entre el rock y lo electrónico, lo intelectual, lo depresivo y las explosiones de movimiento gráfico.

El álbum debut Pablo Honey publicado en febrero de 1993, ya bajo el nombre que hoy conocemos (con el que rinden homenaje a los Talking Heads), triunfó antes fuera de Inglaterra que en su tierra natal. De él se desprenden la mundialmente aclamada Creep (que había fracasado en su primer salida como sencillo, pues medios ingleses la consideraban demasiado deprimente, pero que se volvería célebre internacionalmente a la salida del disco íntegro y triunfaría en las listas británicas en su relanzamiento), Anyone can play guitar y Stop Whispering


Después de un par de años de viajes y conciertos trasatlánticos, que inclusive los traerían a esa legendaria primera presentación en México (de la que la revista Marvin ha dado buenas imágenes e ideas) y la salida de los EPs ItchMy Iron Lung, la banda inglesa grabaría su segundo álbum. The Bends fue lanzado en marzo de 1995,  con un sonido tendiente al britpop, lo que resultó en un importante ascenso en Inglaterra aunque en un discreto éxito internacional, aunque contiene elementos inolvidables, como Fake Plastic Trees, High and Dry, Just, Sulk y Street Spirit (Fade Out). Lo cierto es que lo mejor estaba aún por venir.

El tercer álbum de Radiohead es, para mi, su mejor disco y está entre los grandes de la historia del rock (por ahí codeándose con el Dark Side of the Moon, el Revolver, el Abbey Road, etc.). De esas obras que al comprarla y escucharla, desde la primera vez, tiene ese sentimiento de diferencia, en el que se percibe al genio creativo influenciado por los valiosos que le han precedido. OK Computer fue publicado en junio de 1997, y consolidó a Radiohead como los herederos únicos, llegando por primera vez hasta el número uno de las listas. Además de lo conceptual de las letras y la experimentación evidente, basta con mencionar algunas canciones: Paranoid Android, Exit Music (For a Film), tal vez la mejor rola de la banda Let Down, Karma Police, No Surprises y Lucky.  El legado de esa época sería complementado con una gira mundial, documentales y grabaciones brillantes como Nude y el EP Airbag/How Am I Driving?



Tras un corte de descanso e inactividad, estallarían los cambios fruto de la madurez y la experimentación musical y rítmica. De las sesiones de grabación que emprendieron en 2000 resultaron dos álbumes paradigmáticos, difíciles para algunos pero brutales para muchos otros. 
Primero, el Kid A en octubre de 2000, que en su salida alcanzó inmediatamente la cima de las listas internacionales y, aunque sin sencillos, contiene las revolucionarias Everything in its Right Place, The National Anthem, How to Disappear Completely, Optimistic y la persecución en IdiotequeLe siguió el Amnesiac lanzado en junio de 2001, de similar estilo y las magníficas Pyramid Song, Knives Out, Dollars and Cents y You and Whose Army? A los frutos de estas sesiones siguió la publicación del en vivo I Might be Wrong: Live Recordings que aporta la esperanzadora True Love Waits.

Hail to the Thief, lanzado en junio de 2003, fue el sexto álbum de la banda y el último de su contrato inicial con la disquera. Radiohead, consciente de su consagración, mezclaba ya con maestría y comodidad los sonidos electrónicos con  guitarras de rock, y esta vez se permitió (desde el título, que fue extraoficialmente ligado al fraude electoral del 2000 en las elecciones presidenciales de los gringos), hacer una descripción de la situación social. Surgen buenos cortes caracterizados por sus dobles nombres, como 2+2=5 (The Lukewarm), Go To Sleep (Little Man Being Erased), There There (The Boner King of Nowhere), Myxomatosis (Judge, Jury & Executioner) y Scatterbrain (As Dead as Leaves).

Ya libres del contrato con EMI, teniendo al público ansioso y conscientes del cúmulo de canciones valiosas, decidieron revolucionar a la industria y reconocer los cambios tecnológicos en beneficio propio y de sus fanáticos cautivos. El séptimo álbum de Radiohead, el famoso In Rainbows, comenzó su venta en la página de Internet de la banda y bajo un precio que quedaba a la voluntad del comprador. El impacto fue inmediato, masivo y abrumador. Inclusive se puso a la venta una edición especial, que contenía un segundo disco con canciones adicionales de las mismas sesiones. Meses después salió a la venta comercial material en forma tradicional. Musicalmente, el álbum es sólido, brillante. Desde  el inicio de 15 Step hasta el final de Videotape, pasando por Rockoner y la reeditada Nude, la genial Wierd Fishes/Arpeggi, la romántica All I need, y las populares House of Cards y Jigsaw Falling Into Place, la atención del escucha es permanente, entre ritmos, voces y riffs. 



Después de los sencillos liberados en 2010 Harry Patch (in Memory of) y These are my twisted words, el 18 de febrero de 2011 lanzan el The King of Limbs, del que se espera mucho. 

Hay que escucharlo bien, pero las primeras pasadas lo dejan muy bien parado, pues parecería que la banda ha llegado a un estado cómodo que logra transmitir con la fuerza de siempre. De entrada en parte me suena al In Rainbows aunque  relajado, con algo similar al The Eraser de Thom Yorke. En un primer acercamiento, mi track favorito es el 7, Give Up The Ghost. Sin embargo, como toda la obra de Radiohead, sólo una buena apreciación dará el veredicto final. Mientras, hay que disfrutarlo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Las etapas de la cruda


Hace algunos meses, un día que me lucía como el de hoy, planteé mi descripción de una cruda o resaca, que en este momento retomo con el único propósito de buscar comprensión mientras también la ofrezco.


Como entonces, me dispongo humildemente a sufrir las etapas de la cruda, que según yo pueden clasificarse científicamente de la siguiente manera: 

1. Ubicación y Cuestionamiento. 
Entre ruidos y un dejo de calor mezclado con escalofríos, el crudo abre los ojos y se pregunta: ¿dónde estoy?, ¿qué día es? y, citando a Sabina, ¿qué hice yo para merecer esto?

2. Acción y reacción.
El crudo está sometido a una encrucijada constante: Me levanto y me duele la cabeza; Hablo y dolor de cabeza; Respiro, dolor de cabeza; Parpadeo, entonces lágrimas y dolor de cabeza...

3. Experimentación.
Esta etapa se caracteriza por la búsqueda desesperada y torpe de algún remedio, aunque sea un paliativo, que va desde un analgésico, cafiaspirinas, tacos (preferentemente del Villamelón), chelas (se sugiere Victoria cubana) e inclusive cubas (para los campeones), futbol, etc. 
El riesgo latente es el efecto placebo y la deprimente conclusión de que hay poco por hacer, las crudas por definición son humillantes.








4.Efecto pàjaro piedra. 
La cuarta etapa, aunque menos dolorosa en lo físico, probablemente la peor. Los Blackouts angustiantes, un melancólico cariño y la revalorización de la humanidad, se conjugan con paranoia y malestares varios. Cualquier movimiento es apreciado, entonces, como una amenaza o atentado contra la vida.

5.Resignación.
Después de un largo dia y consciente de que no hay nada por hacer, el crudo se dispone a intentar dormir.





Feliz regreso de puente constitucionalista. Mañana será un martes con pinta de lunes, pero el viernes está menos lejos.