sábado, 19 de febrero de 2011

Mi Banda Sonora 4. Fitter, happier, more productive.

Los días en que Radiohead hace lanzamientos son distintos al resto. Por ejemplo, pienso en octubre de 2007 cuando revolucionaron a la industria de la música con la salida del aún joven pero célebre In Rainbows, pieza magistral de su obra que pondrían a disposición del público para ser adquirido en red pagando lo que se considerara conveniente, sin intervención inicial de una disquera. También recuerdo la euforia vivida hace un par de años cuando en cuestión de minutos se agotaron los boletos para sus conciertos en la Ciudad de México para marzo de 2009, que serían -para muchos- los mejores conciertos que hubiere presenciado la urbe.

Pues bien, éste es uno de esos días. Radiohead ha puesto a la venta, también con posibilidades electrónicas, su nuevo álbum llamado The King of Limbs, un disco de 8 tracks que despega con el sencillo Lotus Flower y la difusión del video con excelente filmación que muestra sólo a Thom Yorke en tomas a blanco y negro, gesticulando, jugando, bailando. 



Y no es para menos. Tras la poca fortuna que alcanzara su primer EP llamado Drill, la banda formada en 1985 y originalmente llamada On a Friday, ya integrada por los entonces estudiantes Yorke, Jonny y Colin Greenwood, Ed O'Brien y Phil Selway, en Abingdon, Oxfordshire, no ha dejado de sorprender al mundo mientras han conseguido evitar tentaciones y mantener una genuina expresión, que oscila entre el rock y lo electrónico, lo intelectual, lo depresivo y las explosiones de movimiento gráfico.

El álbum debut Pablo Honey publicado en febrero de 1993, ya bajo el nombre que hoy conocemos (con el que rinden homenaje a los Talking Heads), triunfó antes fuera de Inglaterra que en su tierra natal. De él se desprenden la mundialmente aclamada Creep (que había fracasado en su primer salida como sencillo, pues medios ingleses la consideraban demasiado deprimente, pero que se volvería célebre internacionalmente a la salida del disco íntegro y triunfaría en las listas británicas en su relanzamiento), Anyone can play guitar y Stop Whispering


Después de un par de años de viajes y conciertos trasatlánticos, que inclusive los traerían a esa legendaria primera presentación en México (de la que la revista Marvin ha dado buenas imágenes e ideas) y la salida de los EPs ItchMy Iron Lung, la banda inglesa grabaría su segundo álbum. The Bends fue lanzado en marzo de 1995,  con un sonido tendiente al britpop, lo que resultó en un importante ascenso en Inglaterra aunque en un discreto éxito internacional, aunque contiene elementos inolvidables, como Fake Plastic Trees, High and Dry, Just, Sulk y Street Spirit (Fade Out). Lo cierto es que lo mejor estaba aún por venir.

El tercer álbum de Radiohead es, para mi, su mejor disco y está entre los grandes de la historia del rock (por ahí codeándose con el Dark Side of the Moon, el Revolver, el Abbey Road, etc.). De esas obras que al comprarla y escucharla, desde la primera vez, tiene ese sentimiento de diferencia, en el que se percibe al genio creativo influenciado por los valiosos que le han precedido. OK Computer fue publicado en junio de 1997, y consolidó a Radiohead como los herederos únicos, llegando por primera vez hasta el número uno de las listas. Además de lo conceptual de las letras y la experimentación evidente, basta con mencionar algunas canciones: Paranoid Android, Exit Music (For a Film), tal vez la mejor rola de la banda Let Down, Karma Police, No Surprises y Lucky.  El legado de esa época sería complementado con una gira mundial, documentales y grabaciones brillantes como Nude y el EP Airbag/How Am I Driving?



Tras un corte de descanso e inactividad, estallarían los cambios fruto de la madurez y la experimentación musical y rítmica. De las sesiones de grabación que emprendieron en 2000 resultaron dos álbumes paradigmáticos, difíciles para algunos pero brutales para muchos otros. 
Primero, el Kid A en octubre de 2000, que en su salida alcanzó inmediatamente la cima de las listas internacionales y, aunque sin sencillos, contiene las revolucionarias Everything in its Right Place, The National Anthem, How to Disappear Completely, Optimistic y la persecución en IdiotequeLe siguió el Amnesiac lanzado en junio de 2001, de similar estilo y las magníficas Pyramid Song, Knives Out, Dollars and Cents y You and Whose Army? A los frutos de estas sesiones siguió la publicación del en vivo I Might be Wrong: Live Recordings que aporta la esperanzadora True Love Waits.

Hail to the Thief, lanzado en junio de 2003, fue el sexto álbum de la banda y el último de su contrato inicial con la disquera. Radiohead, consciente de su consagración, mezclaba ya con maestría y comodidad los sonidos electrónicos con  guitarras de rock, y esta vez se permitió (desde el título, que fue extraoficialmente ligado al fraude electoral del 2000 en las elecciones presidenciales de los gringos), hacer una descripción de la situación social. Surgen buenos cortes caracterizados por sus dobles nombres, como 2+2=5 (The Lukewarm), Go To Sleep (Little Man Being Erased), There There (The Boner King of Nowhere), Myxomatosis (Judge, Jury & Executioner) y Scatterbrain (As Dead as Leaves).

Ya libres del contrato con EMI, teniendo al público ansioso y conscientes del cúmulo de canciones valiosas, decidieron revolucionar a la industria y reconocer los cambios tecnológicos en beneficio propio y de sus fanáticos cautivos. El séptimo álbum de Radiohead, el famoso In Rainbows, comenzó su venta en la página de Internet de la banda y bajo un precio que quedaba a la voluntad del comprador. El impacto fue inmediato, masivo y abrumador. Inclusive se puso a la venta una edición especial, que contenía un segundo disco con canciones adicionales de las mismas sesiones. Meses después salió a la venta comercial material en forma tradicional. Musicalmente, el álbum es sólido, brillante. Desde  el inicio de 15 Step hasta el final de Videotape, pasando por Rockoner y la reeditada Nude, la genial Wierd Fishes/Arpeggi, la romántica All I need, y las populares House of Cards y Jigsaw Falling Into Place, la atención del escucha es permanente, entre ritmos, voces y riffs. 



Después de los sencillos liberados en 2010 Harry Patch (in Memory of) y These are my twisted words, el 18 de febrero de 2011 lanzan el The King of Limbs, del que se espera mucho. 

Hay que escucharlo bien, pero las primeras pasadas lo dejan muy bien parado, pues parecería que la banda ha llegado a un estado cómodo que logra transmitir con la fuerza de siempre. De entrada en parte me suena al In Rainbows aunque  relajado, con algo similar al The Eraser de Thom Yorke. En un primer acercamiento, mi track favorito es el 7, Give Up The Ghost. Sin embargo, como toda la obra de Radiohead, sólo una buena apreciación dará el veredicto final. Mientras, hay que disfrutarlo.

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