martes, 16 de noviembre de 2010

AYER Y HOY… MAÑANA NUNCA SABE

“Tras completarse el aterrizaje, se apagaron las señales de «Prohibido fumar» y por los altavoces del techo empezó a sonar una música ambiental. Era una interpretación ramplona de Norwegian Wood de los Beatles. La melodía me conmovió, como siempre. No. En realidad, me turbó; me produjo una emoción mucho más violenta que de costumbre.”
Haruki Murakami, Tokio Blues (Norwegian Wood)

AYER Y HOY… MAÑANA NUNCA SABE
¿Por qué seguimos escuchando a The Beatles?

El día de hoy el mundo tecnológico, ese de la información y las compras por Internet, se ha visto sacudido con la nueva hazaña de Apple. La marca de igual objeto que la que en los sesentas lanzara el cuarteto de Liverpool, logró sacar a la venta el catálogo de The Beatles por iTunes, lo que no sólo acerca la obra íntegra de los íconos del rock a sus fanáticos de ayer, de hoy y de mañana sino que (so pena de hacer gastar más a los coleccionistas) garantiza su plena disponibilidad por todo el orbe y con una calidad que antes se extrañaba. Empiezan las encuestas: ¿Cuál crees que sea el album será el más vendido? ¿Cuál la canción más bajada? Etc.

Como hoy, recuerdo el 9 de septiembre de 2009, el famoso nueve del nueve del nueve, en que el mundo festejó a The Beatles. Con ese motivo, entre espectaculares lanzamientos de la obra del cuarteto en ediciones físicas con gran calidad de sonido y de juegos electrónicos y videojuegos que permitirían a los fanáticos de siempre y sobre todo a los nuevos apreciarlos más, la querida estación mexicana Reactor 105.7 de FM dedicó el día al festejo y lanzó la convocatoria para que el público enviara breves ensayos en los que respondieran con un límite de palabras a la pregunta ¿Por qué seguimos escuchando a los Beatles? Desconozco la cifra exacta de participantes, pero la convocatoria fue muy exitosa y por más de 18 horas se difundieron al aire las palabras provenientes de generaciones contentas por poder expresarse, entre acordes de canciones interpretadas por los mismos Fab 4 o por algún buen artista en covers conocidos. Fue un buen día. Éste también lo es.

Ambos fenómenos plantean la interrogante. ¿Por qué sigo escuchando a The Beatles? Las que, como esa, son preguntas importantes en la vida, difícilmente encuentran una sola respuesta.



Mi primera inclinación de fanático sugería que seguimos escuchando y disfrutando a The Beatles por la personalidad individual de cada uno puesta en conjunto armónico, un resultado popular y atractivo como el que más. Pensé: el genio romántico y paradójicamente pragmático de Paul; el carisma, la revolución y la voz rockera de John; el silencio místico y la inconfundible guitarra deslizada en lamento de George; la simpatía y el ritmo divertido de Ringo. Entonces recordé también a Epstein, Martin, Clapton, Preston y Best, y comencé a dudar. Aún hoy no lo sé.

Tal vez sea por las cuatro voces acopladas, sin olvidar lo distintivo de cada una, tan patente en el álbum Blanco. Quizá la prolífica dualidad Lennon-McCartney que se resuelve a favor de la selectiva genialidad creativa de Harrison.

Podría ser también por la idea del amor rebelde, del álbum, del concepto, de la manzana, de las drogas y de la psicodelia, de la nada en blanco, del camino, del final que no llegó ni llegará. La plenitud del rock n’ roll, los inicios del rock, los precursores de todo lo posterior, del brit al alternativo, son también los mejores expositores de la balada pop.

También podría ser por el rotundo fracaso de sus detractores, quemados en su propio disfraz de fanatismo, o bien por la idólatra imputación de la culpa sobre Yoko Ono para proteger a los intachables. Tal vez por el posterior asesinato prematuro, o la muerte triste, quizá la vida en el pop. Por llegar después del admirado Elvis y mucho antes que Radiohead.

Todo eso que hace imposible hacer una lista de canciones preferidas sin tener serias dudas o sin incluir casi todas, desde la época más elemental hasta la más evolucionada. Seguidores del rock n’ roll en sus inicios y después acudiendo a la nostalgia y al amor, en lo personal me resulta difícil escoger entre los álbumes posteriores, digamos a partir del Rubber Soul.




¿Sería la época? Puede ser, pero el fenómeno musical de menos años que una década se prolongó eternamente, está en todos. Sigue siendo explosión mediática y también emoción íntima y personal. Hace unos días John hubiera cumplido setenta años de vida, y el recuerdo estaba aún por todos lados, inclusive en la página de Google.

Sus carreras como solistas coadyuvaron, paradójicamente, para su conservación colectiva, aunque estuviesen física y emocionalmente distanciados. Harrison fue y sigue siendo querido y reconocido por todo el medio musical como un guitarrista brillante con sonido propio, admirado por su labor precursora en el altruismo musical, con composiciones brillantes, plagadas de romanticismo, mística y sentido del humor, viajero con Dylan, hermano de Clapton. Ringo Starr, probablemente el menos talentoso en lo musical, no sólo es recordado por buenas actuaciones en películas, sino que continúa de gira tocando canciones de sus buenas producciones musicales incluidas en álbumes en los que reunió, por su conducto individual, al resto de los Beatles. Hasta su muerte, Lennon se convirtió en ícono de la música con ideales y activismo social, cercano a todas las figuras del medio artístico de su época, mientras compuso canciones inconfundibles e inmortales, tanto como el propio John. Y de Sir Paul McCartney hay tanto que decir. Ya sea en colaboraciones, como en bandas, cuanto sólo, ya sea al piano, con un bajo Höffner, una guitarra, una batería, lo que sea, Macca se consolidó como el músico popular más importante de finales del siglo XX y principios del XXI.

Finalmente, podría ser que seguimos oyéndolos porque están presentes en la música que se crea en lo cotidiano. Podemos reconocer al cuarteto no sólo en los incontables versiones que artistas, grupos, cantantes, bandas y demás han grabado –de los Stones a Sinatra, de Waters a Vedder, de Elton John a Guns N’ Roses, sin olvidar el Helter Skelter de U2-, sino en las composiciones y arreglos de todos y cualquiera, de principiantes y consagrados, modernos y conservadores.

Lo cierto es que de una manera casi natural, los niños que dominaron la expresión sencilla y romántica se convirtieron en los genios del rock y los líderes de su evolución, logrando crear, expresar e interpretar mejor que nadie y para siempre eso que a todos conmueve a través del universo, la música.

Por la razón que sea, frecuentemente el mundo se detiene y piensa en ellos. Ayer y hoy... mañana también.



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